lunes, 1 de febrero de 2010

A SERIOUS MAN...a film of the brothers Coen...

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Hace unos días, en Twitter, mencione que las dos mejores películas americanas del año eran Inglourius Basterds de Quentin Tarantino, y Up In The Air de Jason Reitman. Grave error. Los Bastardos siguen en el trono, por su mordaz, cómico, divertido, irónico, magistral desmadre que es el filme. Los hermanos Coen, llegan con su nuevo filme, A Serious Man, para quitar a Clooney del pedestal que le han puesto en su filme.

A Serious Man es un retrato duro e irónico de un hombre judío, llamado Larry Gopnik, un respetado profesor de Física. Aparentemente su vida es sencilla y sin más eventos importantes que el recorrer de su vida diaria. Un día, y sin aviso, por cuestión de azar, su mujer le pide el divorcio, un estudiante intenta chantajearlo, su hija le roba dinero, su hijo es un junkie, su primo se mete en problemas con la justicia, su vecino comienza a odiarlo más, una vecina entra en un extraño juego de seducción con él, al tiempo que unas misteriosas cartas amenazan con ponerle fin a su carrera de académico.


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Y este hombre, que comienza a resignarse, al ver la evolución de los problemas que lo rodean, decide pedir ayuda a tres diferentes rabinos, mientras su mundo se derrumba. Y para terminar de redondear su fatal existencia, unos extraños sueños perturban sus momentos de paz nocturna. Y es así como Larry intenta mantener el orden mientras las situaciones se salen de control.

El destino, el azar y las coincidencias son parte fundamental de la vida. Cuando uno da por asimilados y seguros los cimientos que nos rodean, siempre hay algún evento que nos hace recordar la fragilidad humana y la falsa estabilidad de nuestra condición en el universo. Es así como se puede describir la película. Ya que estos tres elementos mencionados van hilando la historia, llenándola de humor negro y acido junto con la más grande desesperanza.

Los hermanos Coen no solo llevan a la pantalla el sentido de pérdida de rumbo, sino también las preguntas y cuestiones existenciales que diario nos hacemos en la vida del día a día. De esta forma Larry busca el aparente equilibrio que estaba en su vida. Pero ni el mismo sabe porque quiere el regreso de su estabilidad, que al tiempo se destapa como mediocre y complaciente. Y sin embargo el se aferra a la esperanza de poder tener lo que era antes, aunque sea fango y complacencia.

Los rasgos estilísticos y narrativos que han hecho de los Coen una pieza
fundamental del cine americano, están presentes en esta obra. Cuando estaban en la etapa de promoción de No Country For Old Men, en una entrevista, comentaban que al planear la primera secuencia de cualquiera de sus películas, esta debe, por cuestiones argumentales, estilísticas y narrativas retratar el espíritu del filme en cuestión. En No Country…la primera secuencia nos muestra tierras áridas, con rastros de sangre, y un terrible cuadro lleno de muerte, un lugar donde no hay tregua, y donde los instintos humanos y la avaricia no tienen fin. Un lugar donde no hay fé ni existencia de Dios.

Una de las reglas en los medios audiovisuales es atrapar al espectador en los primeros minutos, y en el prologo de A Serious Man, esta norma se cumple a la perfección al contarnos una leyenda judía sobre la inesperada llegada de un visitante nocturno a un matrimonio a finales del siglo XIX. La pareja se debate entre la idea de que podría ser un humano o un bybbuk (espíritu maligno). La discusión y los argumentos de ambas partes suben de tono, hasta culminar con un desenlace que quita el aliento. Y es así como este pequeño relato dentro del filme, pone de antemano lo que presenciaremos durante unas horas. La completa naturalidad con la que se convive entre el destino y lo que nosotros planeamos.

Ya mencionando los rasgos narrativos y argumentales, el otro punto fuerte y llamativo del filme, es la elección de las tomas y como estas ayudan al desenvolvimiento del ritmo. La forma en que los Coen van montando y dirigiendo las secuencias corresponde a la ética misma del argumento. Sin embargo estas tomas que van armando la escena y por consiguiente la secuencia, van cargadas de simbolismos que hacen muchísimo más rica la experiencia. Un ejemplo es una de las escenas cumbre del filme. Cuando el protagonista sube al tejado de su casa a reparar la antena del televisor, el observa el panorama del vecindario con una calma inusitada, llena de vida, mientras el sol ardiente va cubriendo de luz el cuadro. Esta manifestación de iluminación y liberación lo hace caminar sobre el tejado, explorando más allá de su limitada visión. En un punto el alcanza a observar a su vecina de al lado, que se asolea desnuda en su patio privado, y atraído por la excitación camina hasta el precipicio….cuando la luz y el sol lo derrumban.

Esta forma de ir hilando el lenguaje visual y narrativo a lo largo del filme, encuentra su clímax en el bíblico final, donde Larry recibe una llamada fatídica, con un tornado de fondo. Cerrando un ciclo, pero el destino ,de forma inesperada, le tiene una nueva sorpresa. Siendo totalmente simbólica y liberadora la ultima toma del filme, sin quitarle su dosis de impacto y juego en el cual los Coen nos sedujeron por 2 horas.

De esta forma, el alcance emocional y espectacular del filme, dejando como sendero, toda la lluvia de ideas en forma de movimientos de cámara espectaculares, cuadros virtuosos, interpretaciones magistrales, sobre la condición humana y el azar. Pero a la vez, es una lección de cómo y dónde ubicar la cámara para narrar una historia.

Por último tengo que agregar los siguiente. Mi primer acercamiento con los Coen fue con Fargo. Aún recuerdo a la gran Frances McDormand robándose mi corazón con su impecable interpretación de Marge una sheriff embarazada y con una voluntad a prueba de balas. Muchos años después, fui testigo de la creación de uno de los villanos más temibles del cine, el Anton de Bardem. Dos personajes extremos, en dos parábolas dramáticas y complejas de la condición humana. Ahora Marge y Anton comparten con Larry, el lugar de la mejor película de los Coen.

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